I.
A siempre me buscaba por casa los
martes e íbamos a tomar una coca a la esquina.
B y N también venían con nosotros.
II.
El quiosquero era un hijo de puta,
siempre te cagaba 5, 10 y hasta 20 centavos
con la maldita excusa de “no tengo vuelto, macho”.
Te enchufaba 2 caramelos hediondos que seguro
se los regalaba el repartidor.
III.
El de la farmacia nos ofrecía jeringas
y sedante para gallinas… decía que no era adictivo
y que él lo hacía de pendejo, que estaba mejor que la
paja… un desubicado.
IV.
Cuando llegaba la hora de irme a dormir,
ya para terminar mi día,
me ponía los auriculares y escuchaba
la canción This Is Hardcore.
martes, 13 de abril de 2010
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