martes, 29 de septiembre de 2009

We never lost control.

I.

En partes me toco ser guía
de un lugar desconocido,
en otras el guiado, y a veces,
entre todos buscábamos caminos.


II.

Pocas veces me sentí perdido,
y cuando lo sentía no lo demostraba
para no alterar la atmósfera.
Se trataba de protegernos, entre todos.


III.

Adoraba el olor que había en el estar,
sin embargo, desayune una sola vez…
prefería dormir y después caminar.
Era todo muy pintoresco.


IV.

De día calor, de noche no tanto.
Paseábamos mucho, pero
comprábamos poco… al
menos yo.


V.

Muchos 22, pero esta vez el
24 tuvo un brillo especial, al
fin llegó el momento de ver
aquello por lo que estábamos
allá.


VI.

Éramos muy felices, tanto que nos
hacíamos los monos. Disfrutamos
hasta el último instante, pero como
todo termina… eso y esto también.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

¡Dale que lo's vieron, loco!

<< ¡El viejo, ese que está ahí, me tocó la cara! >> gritaba enfurecida la señora. Le conté que a mí también me había ido mal para que se tranquilice, después di media vuelta y bajé. El coche estaba en la puerta esperandonos, guardé mi mochila en el baúl y salimos rumbo a aquel micromundo de la locura automática, allá donde nos esperaba tobi, el demonio.
Entre galope y galope alguna pelotita se quedaba en la red mientras yo paseaba, pensaba y comenzaba a disfrutar… ellas son una grata compañía, las queremos. Noche estrellada de primavera transformada en pesadilla de invierno, ruidos y gritos, luces oscilantes y luego carcajadas y obscenidades… en fin, susto por alegría, hicimos negocio.
Mañana gélida, amanecidos, casi destruidos pero con energía para continuar, el lugar lo ameritaba y cubo achúl hizo lo suyo.
Gula en su máximo esplendor, eso es lo que resume todo. Me gustó, nos gustó, les agradecemos. Fin.

martes, 15 de septiembre de 2009

Keep the Secret.

-Te espero a las 7 de la tarde en el callejón que está al lado del teatro municipal, vení solo.-
No encontraba la razón por la cual esa carta llegó a mí, algo raro había atrás de todo esto, pero la intriga me carcomía así que me puse el sobretodo negro y salí rumbo al punto de encuentro. Allí sólo había un gato maltratado, un cesto de basura viejo, olor a frituras mezclado con pis y un vagabundo que me desvestía con la mirada. Antes de que se me anticipe le dije -¿no tiene una moneda amigo?- (doy solamente cuando me levanto de buen humor). El vagabundo me miró sorprendido y negó con la cabeza.
- ¿Qué hace por aquí? Dijo el viejo cascarrabias.
- ¿A usted que le importa? Respondí violento.
- Mire señor, yo puedo serle muy útil a usted… pero solo si me da dinero a cambio.
- ¿Qué quiere usted de mí y porque me mando a llamar?
- Ya le dije que sin dinero no hay explicaciones, ¿es sordo?
- Está bien, está bien.
Tomé un billete de 50 y se lo entregué al lumpen mientras pensaba en que mi economía estaba cada día peor por situaciones como ésta. El viejo agarró el dinero y sonrió.
- Ahora dígame de inmediato porqué me llamó. Insistí.
- Bien, debo contarle algo muy confidencial y por lo que usted se interesaría demasiado.
- Dejémonos ya de tonterías y dígame en este instante lo que me tiene que decir.
- Bien amigo, yo conozco bien su secreto…
- ¿Secreto? ¿De qué me está hablando?
- Vamos, no hace falta engañarme, si usted abre ese tacho de basura encontrará lo que busca desde hace tiempo, no tema.
Comencé a sudar en frío, el ambiente estaba tenso y yo estaba nervioso, lentamente apoyé mis manos sobre la tapa de aquel tacho de plástico, temblaba entero y tenía miedo, mucho miedo. Pues lo que había buscado por 22 años estaba muy cerca de mí, iba a descifrar aquel misterio. Abrí despacio ese contenedor y sentí una energía muy fuerte, excitación quizás… pero por otro lado mucha paranoia a medida que iba descubriendo aquel cesto gigante. En un momento de decisión final, tomé convencido la bolsa que estaba adentro, le guiñé el ojo al vagabundo, me di media vuelta y con una mezcla de alegría y temor seguí mi rumbo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

That curious feeling

Qué es este sentimiento?
Yo siento que soy el dueño del tiempo y vos del espacio.
Imagina, cariño, que esto es una película y vos sos una estrella,
La más linda, sin dudas, y así terminas con un final feliz.
Pero sabemos que eso no puede ocurrir, y lo único que quiero es tenerte acá.
Por favor basta de preguntas sin sentido,
Voy a agarrarte de la mano para salir a caminar,
porque hay un solo lugar donde podemos ir
Y vos sabés cuál es.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Vértigo

Su mirada cautivante atrajo la mía, y de inmediato me corrí, atolondrado como de costumbre, para cederle el paso… no el faso, el paso. Ella sonrió y agradeció mi gesto, entró y se sentó… yo también, y a su lado.
Su forma de hablar de astronomía me hacía sentir muy a gusto y hasta llegué a pensar en estudiarla, pero no. Cuando se desperezó su cabeza se apoyó en mi hombro, sentía su energía en mí y vaya que era mucha, sin embargo sólo duró unos pocos segundos.
Un amigo me había comentado de un curso de cocina muy interesante, -Alfonsina va, es buena mina-. Alfonsina… el imbécil que estaba sentado al otro lado de ella se iba en la misma dirección y la acompañó, a mi me besó la mejilla.
Volví a casa relajado y decidí cocinar lo que había aprendido, guiso de cordero, típico de Inglaterra. Salió rico, comí frente a la televisión viendo una película de Hitchcock y después me fui a dormir, había sido un día agitado.