domingo, 30 de agosto de 2009

¿Cuál es?

A gente a la que conozco le gustaría saber

“¿cuál es la frecuencia?”… a mí también en realidad,
así que si alguien la conoce… ¿sería tan amable de decírmela?


¿CUÁLESLAFRECUENCIA?



Mmmmhhh…
emmmm…

martes, 25 de agosto de 2009

A.I.G.O.R

Obsesión y paranoia, de eso se trataba la vida de Igor. Todos los días él se despertaba a las 7 en punto (chequeaba antes de dormir la hora de la televisión para que su despertador suene a las “en punto”). Iba hasta la cocina y encendía la luz con el dedo índice de la mano derecha, la apagaba con el índice de la izquierda y finalmente la volvía a prender con ambos al mismo tiempo. Se servía un vaso de agua bien lleno y lo tomaba de un solo sorbo, se duchaba y luego desayunaba un café con dos galletas de agua con mermelada de durazno porque las otras le dan alergia.
A las 7:40 exactas iba al baño, luego agarraba su maletín y ponía su cuaderno, un libro, un desodorante, un lubricante ocular y una brújula (siempre temía perderse). Corría hasta la parada del colectivo para llegar a las 7:55 puntuales y siempre se subía al mismo, tomaba su boleto y sumaba todos los números que había individualmente. Si daba impar, se bajaba una parada antes, si era par, en la suya.
Él era bibliotecario y lo único que hacía era leer todo el día, por esa razón, exactamente cada dos horas se ponía dos gotas lubricantes en cada ojo y como detestaba los malos olores cada tres horas se pasaba el desodorante roll-on dos veces por cada axila.
Cuando se cansaba de leer y no había nadie en la biblioteca, agarraba una moneda y la revoleaba para cualquier lado, entonces ponía la brújula y miraba hacia el norte, hacía tres pasos en esa dirección, dos a las izquierda, siete hacia el sur y veintidós al este (en caso de no poderse los hacía a la inversa). Y cuando iba a buscar libros agarraba la brújula para ver en qué dirección quedaba el destino.
Pero un día sin querer, Igor tocó el timbre en el departamento equivocado donde atendía una psicóloga. Ella lo hizo pasar pensado que era su nuevo paciente y él se entusiasmó. Continuó yendo y ahora se comenta que Igor es otra persona, que dejó atrás sus paranoias y obsesiones y que en su maletín ahora sólo viaja con un cuaderno donde dibuja retratos de los que leen en la biblioteca.

sábado, 22 de agosto de 2009

Chuenchichú

22 22 Nunca diga nunca, estimado.22 22 22 22 22 22 ¿A qué se refiere? 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 A las obsesiones, ¿todavía no lo aceptas? 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 ¿Aceptar qué? ¡Por favor! 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 Su obsesión hacia el número veintidós. 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 Lo que pasa, señor, es que no es una obsesión, es una forma de vida…¡me persigue! 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 Ah, bueno… hasta luego. 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22 Chau. 22 22 22 22 22 22 22 22.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Tramontina

Siento un escalofrío que corre por mi espalda al olfatear ese exquisito aroma. Me detengo y giro 180 grados para intentar descifrar de donde viene ese olor pero no lo consigo. Miro hacia todos los lados posibles y nadie ni nada hay, estamos completamente solos y siento esa exquisita fragancia que produce un estado de éxtasis en mí. No puedo quitarme la sonrisa ni pensando en la situación más desafortunada posible, entonces vuelvo a observar hacia todos lados y seguíamos estando completamente solos, nosotros y ese perfume. Comienzo a reírme a las carcajadas y luego grito… grito fuerte, muy fuerte. Meto la mano en la bolsa de supermercado y saco el cuchillo que “tomamos prestado”. Él también se rió mucho.

viernes, 7 de agosto de 2009

Epilepsy

Su mano apretó con fuerza el posa-brazo del sillón donde estaba sentado. Su mirada horrorizada estaba dirigida hacia un horizonte inexistente y por su cara corrían gotas de sudor frío. Trató de ponerse de pie, pero cayó con fuerza al piso... todo terminó en un entrecortado suspiro.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Om

Un parque grande y verde, un pájaro, un árbol y una rama. El ave que volaba diariamente por el parque vio un enorme, colorido y muy florecido jacarandá donde se posó en una de sus ramas bajo una lluvia de flores de color azul violáceo, y desde la altura contempló, en silencio, la bronceada tarde. Poca gente, poco movimiento, poco viento, un clima templado y ese pajarito vulnerable, que miraba hacia el horizonte, bañado de dorado, encandilado pero muy tranquilo.
Una sombra, un hombre, un silbido y el cántico del pequeño volador. Apenas observó una figura que se paró bajo la sombra del árbol que él ocupaba se alarmó, pero luego captó su pacífica energía. El hombre le silbó y el ave respondió, y cada vez se hacía más fluida la conversación. Comenzó a trepar el árbol, mientras seguían silbando, hasta alcanzar la rama del pequeño. Él se encariño mucho y el también, y juntos silbaron hasta el amanecer.