lunes, 30 de noviembre de 2009

Federico, compadre, la cosa está que arde.
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Esto hierve y siento que de tanta tensión voy a explotar.
--------- “¿Explotar? ------
Levantate,---------------------------- dejá de joder.----------------------------------
---- No te quedes ahí. -------- Aparte, papá, yo siempre te lo digo. ------
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Si te caes diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas. Porque no han de ser tus caídas tan violentas, ni tampoco, por ley, han de ser tantas. (Almafuerte, vale aclarar.)” ----- ----- ---------- - - - - - ----------------------- ------------------------------------ -------
----------- Gracias. Eternamente gracias por tu sabiduría, gran P. ---------
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--------- ---------- -You are all I need -

domingo, 22 de noviembre de 2009

Introspección

Despierto, sueño que estoy dormido.
Me estremezco, todo se ve distorsionado
y yo pienso que mi mente está enferma.
Freno, observo, froto mis ojos pero todo sigue viéndose igual.

Opto por hacer un intento y tranquilizarme. Fallo.
Me siento en un parque y todo lo que observo está pixelado,
hasta las personas.
No distingo muy bien las cosas,
aunque cada vez voy asimilando más mi estado.

Me asusta un poco.

Brilla. Yo, en cambio, no. Todo lo demás.
Me pica el omoplato derecho y no llego a rascarme.
Desesperación. Todo me altera.
Estoy soñando despierto nuevamente.

No encuentro la solución, pero cada vez me preocupa menos.
Empiezo a cantar mi canción favorita en un tono casi inaudible.
Cierro los ojos imaginando un fondo verde y lo veo claramente.
Los abro y veo un árbol, un hermoso jacarandá.
De repente todo vuelve a la normalidad.

Al menos a lo que yo llamo normalidad.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Envuelto

Enterrado en mis pensamientos, totalmente abstraído.
Agarré el vaso de whisky y salí al balcón a tomar aire.
Suspiré, observé hacia abajo y bebí un sorbo,
Pensaba en mi soledad y en su motivo. Quizás es porque soy muy callado.

Borracho luego de varios vasos (no recuerdo exactamente cuantos),
Entré, encendí un cigarrillo, le di una calada y puse mi disco favorito.
Al principio quedé hipnotizado frente a la pantalla de la computadora,
Luego comencé a bailar frenéticamente al ritmo de la canción que sonaba.

Me senté (bastante agitado por mi falta de estado) en el sofá.
Me saqué las zapatillas y apoyé mis pies sobre los mosaicos fríos.
Movía en círculos mi cabeza y respiraba hondo, luego exhalaba.
No pude concentrarme lo suficiente así que fui a la cama, el día había sido largo.

Acostado boca arriba, con una corriente de viento suave que ingresaba por mi ventana,
Mi cabeza comenzó a pensar nuevamente en ella.
Mi mente le dijo: Buenas noches, cariño.
Cambié de posición y me dormí.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Orejas llenas, corazón vacío

Su inocencia acariciaba mi alma,
todo a mi alrededor eran algas
amarillas, fucsias, azules y verdes.

Sus colores envolvían mis pesadillas.

Su saliva sanaba mis heridas.
Todo era emoción,
sensación. Quizás alucinación.

Cuando sentía que los días me derrumbaban,
con esa sensación de profundidad extrema en mi pecho,
abrazaba las algas de colores.
Cualquier día podía ser el mío.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Luna llena, medialuna

El aburrimiento se apoderaba de él. Almorzó un pedazo de carne fría con condimento y miraba la televisión:
- Mamá, que es el pan de leche?
- Es un pan con un gusto parecido al de la factura.

En la televisión apareció un niño desnutrido y a él se le fue el hambre. Se sentó en la computadora, revisó sus mails y tenía uno de su hermana… como la extraña.
Cuando iba rumbo a su habitación a dormir una siesta para ‘matar el tiempo’, recordó que había recortado una receta para hacer medialunas.
- Voy a hacer unas medialunas…
- Bueno, dale.

Pensó que el destino quería acabar con su vida, pero por suerte encontró una actividad para hacer.

Dos horas amasando hasta que las comenzó a armar y luego las metió en el horno. Las ansias lo llevaron a abrir el horno 3 veces antes de sacarlas.
- Están riquísimas, tienen gusto a pan de leche.
- Ah… yo quería que fueran medialunas.
Comió una y le gustó. No tenían el mismo gusto que las que compra en la panadería...

pan de leche, pensó.


Cuando miró el reloj, se alegró de que faltaran solo 4 horas para que el domingo terminara.