martes, 15 de septiembre de 2009

Keep the Secret.

-Te espero a las 7 de la tarde en el callejón que está al lado del teatro municipal, vení solo.-
No encontraba la razón por la cual esa carta llegó a mí, algo raro había atrás de todo esto, pero la intriga me carcomía así que me puse el sobretodo negro y salí rumbo al punto de encuentro. Allí sólo había un gato maltratado, un cesto de basura viejo, olor a frituras mezclado con pis y un vagabundo que me desvestía con la mirada. Antes de que se me anticipe le dije -¿no tiene una moneda amigo?- (doy solamente cuando me levanto de buen humor). El vagabundo me miró sorprendido y negó con la cabeza.
- ¿Qué hace por aquí? Dijo el viejo cascarrabias.
- ¿A usted que le importa? Respondí violento.
- Mire señor, yo puedo serle muy útil a usted… pero solo si me da dinero a cambio.
- ¿Qué quiere usted de mí y porque me mando a llamar?
- Ya le dije que sin dinero no hay explicaciones, ¿es sordo?
- Está bien, está bien.
Tomé un billete de 50 y se lo entregué al lumpen mientras pensaba en que mi economía estaba cada día peor por situaciones como ésta. El viejo agarró el dinero y sonrió.
- Ahora dígame de inmediato porqué me llamó. Insistí.
- Bien, debo contarle algo muy confidencial y por lo que usted se interesaría demasiado.
- Dejémonos ya de tonterías y dígame en este instante lo que me tiene que decir.
- Bien amigo, yo conozco bien su secreto…
- ¿Secreto? ¿De qué me está hablando?
- Vamos, no hace falta engañarme, si usted abre ese tacho de basura encontrará lo que busca desde hace tiempo, no tema.
Comencé a sudar en frío, el ambiente estaba tenso y yo estaba nervioso, lentamente apoyé mis manos sobre la tapa de aquel tacho de plástico, temblaba entero y tenía miedo, mucho miedo. Pues lo que había buscado por 22 años estaba muy cerca de mí, iba a descifrar aquel misterio. Abrí despacio ese contenedor y sentí una energía muy fuerte, excitación quizás… pero por otro lado mucha paranoia a medida que iba descubriendo aquel cesto gigante. En un momento de decisión final, tomé convencido la bolsa que estaba adentro, le guiñé el ojo al vagabundo, me di media vuelta y con una mezcla de alegría y temor seguí mi rumbo.

7 comentarios:

  1. Lü este cuento te lo regalo! Es de tuyo.

    Cariños,


    E.N.L.A.N.D.I.T.E.N.O.

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  2. Mi querido enlanditeno, esto es todo un honor,
    es genial,me encantó yo nunca soy buena haciendo criticas y esas cosas pero si hay algo que tengo claro es que en cada uno de tus textos, logras que uno se detenga y no pueda dejar de leerlo hasta el final,

    te quiero fru,te mando un beso enorme
    y gracias, gracias por este regalillo :)

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  3. Nono, no vale que nos dejes con esa intriga.

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  4. me acabo de dar cuenta que em contradeci, que uno se dentenga pero al mismo tiempo no pare de leer jaja,cuanto mas largos son, mas atrapantes jaja

    cariños

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  5. Ja! Muchas gracias estimadas! Y bueno... un poco de intriga no viene mal, no lo creen? Aparte es para que ustedes piensen qué pondrían en esa bolsa, lo que quieran! Una persona, un objeto, un sentimiento, etc, etc, etc.

    Cariños para ambas,


    F.

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  6. Y también puede contener algo especial para el flai jaja. Genial enfrú, me encantó. Y como dijo enlú: totalmente atrapante!
    Y como siempre, el detalle chuenchichú, esta vez en el tiempo de búsqueda.
    Te mando un beso,
    Enmale

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  7. Jajaja, Male! Viste que el chuenchichú no puede no estar! Siempre con nosotros! Mil gracias por pasar, cariños muchos.


    F.

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