Solo, estaba en medio de aquel bosque sentado bajo la fría sombra de pinos interminables, muy grandes y bellos. Miraba a mi alrededor, inspeccionaba aquello que más me llamaba la atención y después lo fotografiaba… y no precisamente con una cámara. De repente sentí la imperiosa necesidad de mirar hacia arriba y ver la perspectiva de ese círculo casi perfecto que formaban los pinos en la altura, con un cielo radiante de fondo y aves revoloteando en busca de comida. Sin apartar la mirada de semejante belleza, comencé a pensar en los gratos momentos de mi niñez con esa nostalgia que se apoderaba de mí y, emocionado, continué contemplando en silencio la hermosura del paisaje. Sabiendo que ella estaba tranquila me levanté, di un último vistazo y me marché con los ojos húmedos.
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esto ya te lo dije pesonalemnte,me llevo a otro lado,
ResponderEliminarcada vez mejor fru
te quiere enlu