Me levanté con una extraña sensación y decidí salir a tomar un poco de aire, de repente afuera todo era muy diferente a lo que había visto la última vez. Las edificaciones eran muy suaves y los autos tan livianos que la gente los llevaba alzando. En las paredes los graffitis eran muy ruidosos y las calles estaban llenas de protestas pegajosas de multitudes saladas.
De repente cayó sobre mi una paloma ácida que tenía sarna pacífica, entonces la bañé con agua de una botella abrigada y la rasqué con una rama picante. Al final cuando se curó, voló con libertad aceitosa por la sabrosa naturaleza.
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No, pero ¿cómo?
ResponderEliminar¿No era que una nube hinchada de lluvia se deslizaba hacia el poniente para que las sombras descubran un firmamento tachoneado de estrellas?
No te revuelques por el piso, por favor. La literatura junot es todo un género también, eh.
Ja!
Sí, eso de las "palomas blancas" es la imaginación al poder, jaja!
ResponderEliminarMe encantó lo de edificaciones suaves. Ni hablar de la paloma ácida. Quiero que sea lunes otra vez...
libertad aceitosa, me gusta
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